martes, 29 de mayo de 2007

Julio Bocca y Alessandra Ferri en Romeo y Julieta

Julio Bocca y Alessandra Ferri en el pas de deux del balcón de Romeo y Julieta, en la versión de Kenneth MacMillan. Por el corte de pelo, yo diría que fue grabado en 1996...



Muy pocas duplas han quedado en la memoria de los admiradores de ballet: Carla Fracci y Erik Bruhn, Alicia Markova y Anton Dolin; pero la más famosa ha sido la que formaron Rudolf Nureyev y Margot Fonteyn, que encandilaban al público como ninguna otra pareja ha sabido hacerlo.
Ninguna, hasta el 21 de junio de 1987, cuando Julio bailó por primera vez con la bailarina italiana Alessandra Ferri (...). Se complementaban de manera ideal: él con su técnica, ella con su capacidad de interpretación dramática. En conjunto cada uno lograba más lo que podía alcanzar individualmente. Allí Alessandra descubrió que Julio era algo más que un virtuoso. Aunque todavía era vacilante en el plano de la actuación, su presencia en el escenario y su compenetración con el papel eran totales. Según la periodista norteamericana Elizabeth Kaye, si bien Julio era considerado un auténtico genio en técnica y virtuosismo por sus compañeros del ABT, "la gente no lo veía como un artista. Alessandra fue la primera en pensar que sí lo era. Ella lo vio. Lo entendió".
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Una nueva mítica pareja había nacido: "No hace tanto tiempo, las grandes parejas de ballet eran el furor", explica Clive Barnes. "Sin embargo hoy en día, quizás por los modelos y porque muchos bailarines están ligados a más de una compañía a la vez, estas parejas de oro parecen haber desaparecido. Pero existe un último recuerdo de ello en el American Ballet Theatre, con la ballerina italiana Alessandra Ferri y el premier danseur argentino Julio Bocca", escribió Barnes.
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Alessandra Ferri no vacila en considerar que Julio es su mejor partenaire: "Disfruto bailar con otra gente, por supuesto. Pero con Julio es otra cosa. Ni siquiera lo llamaría un partenaire. Nos entendemos tan bien mutuamente que me siento libre de improvisar todas las noches. Su punto más fuerte es su musicalidad, el hecho de que respete cómo baila la bailarina. Con Julio, puedo ser completamente yo misma, y eso me da una libertad increíble. Él ha modificado mi propia carrera, dándome confianza en lo que hace a la técnica. Cuando fallo en algo y él intenta revertir el error, lo hace con mucho amor. Y cuando él está cansado y le sale mal una levantada, intento bailar aún mejor y hacer algo para que se recupere. Es un continuo intercambio de afecto". Y, cuando en la escena del balcón, Romeo y Julieta se besan en la boca, el apasionado beso no es simulado. "Cuando nos besamos, por supuesto que es un beso de verdad, porque con él, todo es real", dice Ferri. "Cuando nos peleamos en La fierecilla domada, nos golpeamos en serio. He llegado a pensar: 'Dios mío, ahora me mata'".

Extracto de Julio Bocca, la vida en danza (p. 179-180-181 y 263-264)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Julio sous mon balcon.... je saute tout de suite!