J'étais une étrangère en ces forêts mouvantes
Une enfant égarée dans les ténébreux gouffres
Le soleil affolé et les enfers de souffre
Iront chanter ton souffle aux vapeurs enivrantes
Où je me perds depuis, où je meurs en dansant.
Bandonéon vivant, ton ventre solitaire
Où j'espère trouver le bonheur infini
Crache ta sève mâle et l'or de ton génie
Car aujourd'hui, danseur, en ton corps je me terre
Alors que ton corps danse et se perd en mourant.
Entre mis 15 y mis 17 años, escribí más de setenta poemas dedicados a Julio Bocca. Todos poemas de amor y de muerte: no podía asociar mi amor sino a la desesperación de no ser correspondida, como se supone que tiene que pensar y actuar una quinceañera obsesionada con alguien famoso.
Si a esa edad hubiera sabido que, menos de tres lustros después, sería su biógrafa, habría sufrido muchísimo menos...
Si a esa edad hubiera sabido que, menos de tres lustros después, sería su biógrafa, habría sufrido muchísimo menos...
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